jueves, 13 de abril de 2017

PÁGINAS DE SANGRE



Por S.H. Morgan


Tami apretó el libro entre sus manos. Su boca comenzaba a secarse mientras sus ojos viajaban veloces por las páginas. Una casi terminó rasgada cuando la giró, tirando como si su vida dependiera de ello.

- No, no – murmuró.

"Sian esquivó la potente magia con un giro en el aire. Sin embargo, fue alcanzado por las dagas que le lanzaban por un costado. Cayó de rodillas. De su pecho comenzaba a manar la sangre"

"El joven se arrancó las dagas con un gruñido"

- No puedo seguir leyendo.

Tami cerró el libro con brusquedad y lo dejó sobre la mesita de noche, como si eso sirviera de algo... Comenzó a pasear nerviosa, mordiéndose las uñas. Se llevó las manos a la cabeza, mientras su pecho subía y bajaba con violencia.

Escuchó que se madre la llamaba para que bajara a comer.

Pero ¿Cómo podía comer? El hombre que amaba estaba luchando a muerte dentro de ese maldito libro. En el tiempo que tardara en volver...

¿Y qué podía hacer? Él le había hecho prometer que no regresaría. Que se olvidaría y llevaría la vida normal que una chica debía tener.

Desesperada, miró su habitación. Observó los libros que había apilado durante su vida. Los cuadernos con cientos de historias frustradas que no servían de nada.

No.

No podía dejarlo. Prefería romper su palabra y morir, antes que vivir así.

Corrió y tomó el libro. Sabía lo que tenía que hacer.

Buscó la página donde Sian ahora se ocultaba en el bosque.

"El joven, cuyo cabello negro caía lacio sobre su rostro, miró hacia el frente. Como si estuviera viendo algo. Pero no había nada ahí."

"- Ni lo piensas, Tam – murmuró Sian. Aunque no podía verla, sabía que ella estaba leyendo – Ni se te ocurra..."

Pero ya era tarde.

Tami garabateó rápido una nota y la metió entre las páginas del libro, con la esperanza que lo encontrara su hermana. A ella también le gustaba leer.

Sacó su corta-cartón del cajón. Tomó decidida el libro y lo arrojó abierto al suelo. Se paró sobre él, con los pies descalzos. Se cortó un largo mechón de cabello negro y lo tiró sobre las hojas.

- ¡Dioses de Afgar, escuchen mi plegaria, más allá de estas páginas! – gritó, a sus dioses del otro mundo.

Inspiró profundamente y cerró los ojos.

- Se los ruego – hizo una mueca cuando se cortó la muñeca. La sangre comenzó a correr - ¡Por favor, llévenme con él!

La ventana se abrió de golpe y Tami ahogó un gritó cuando un fuerte viento hizo estragos en la habitación, agitando su largo vestido rojo. Las páginas del libro temblaron bajo sus pies y la sangre que caía de sus muñecas se transformó en sólidas cadenas que la ataron al libro. Para siempre.

Un momento después, como si hubiera despertado de un sueño, estaba frente a Sían, en algún bosque de Afgar. El joven, que en ese momento corría, frenó bruscamente y la tomó por los hombros.

- ¡Maldición, Tam! ¡Qué haz hecho!

Pero no había tiempo para explicar nada. El joven miró sobre su hombro y maldijo otra vez. La tomó de la mano y juntos echaron a correr.



----------------------------Fin-------------

Este cuento lo escribí para el concurso mensual de la página Fantasía Austral, ganando el primer lugar.



Pie forzado: Escribir un micro cuento de 500 palabras del género meta fantasía, utilizando elementos de la foto sugerida (la foto era una mujer de vestido rojo encadenada a un libro)


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